Herederos: Dejar todo como está o transformar todo?

30 julio, 2008

Herederos: Dejar todo como está o transformar todo?

Hay algunas familias cuyo ingreso económico proviene de una empresa montada sobre la profesión del padre (sanatorio-cuando es médico-, buffet de abogados, empresa constructora-cuando es ingeniero-etc.)..

Generalmente el padre se preocupa de que alguno de sus hijos estudie su misma carrera para poder continuar al frente de la empresa, sucediéndole.

Este hijo será el sucesor del padre en una empresa exitosa, pero tiene todas las probabilidades en contra de ser una persona exitosa.

Primero porque deberá aceptar una profesión impuesta, así se engañe toda la vida creyendo que “el fue el inventor de su propio destino” o “que siguió una vocación propia”

Lo mas seguro es que llegando a la edad media de la vida, entre sus 45 a 55 años tenga una crisis de identidad que le hará cuestionarse, si ha tomado la sucesión para “cuidar” la empresa, y sentir que los otros herederos viven de su trabajo, o realmente puede llevar a cabo su verdadera vocación y sentirse digno y exitoso.

Saliendo de los ámbitos donde el padre “digita” la salida laboral de su hijo, vayamos a una situación, donde el hijo sucesor del padre toma como propia la vocación, pero no puede crecer y convertirse en una persona exitosa.

Hay ciertos párrafos del libro “La Caverna”, de José Saramago, que ilustra este caso, y muchos empresarios “no obligados por sus padres” se encontraran en estas líneas.

El libro está ambientado en un pequeño pueblo imaginario. Su protagonista es un alfarero que lucha contra los “adelantos” del mundo moderno adoleciendo de un nulo sentido del progreso.
Es un relato oscuro, pero más que por la historia, por la línea tan plana que sigue la narración: el malo es muy malo (centro comercial); los buenos son muy buenos (el alfarero)

El argumento no puede ser más simple; el resultado no puede ser peor.
¿Alguien esperaba que una vieja alfarería pudiese vencer a un macro-centro comercial?
El alfarero lleva sus piezas como hace años lo viene haciendo, a un centro comercial, que decide restringir la compra de su producción y devolverle mercaderías no vendidas.

Dice Saramago:
“Creo que ha sido la aparición de unas piezas de plástico que imitan al barro, y lo imitan tan bien que parecen auténticas, con la ventaja de que pesan menos y son mucho más baratas, Ese no es motivo para que se deje de comprar las mías, el barro siempre es barro, es auténtico, es natural, Vaya a decirle eso a los clientes, no quiero angustiarlo, pero creo que a partir de ahora sus lozas sólo interesarán a los coleccionistas, y ésos son cada vez menos”
“Recibí mitad, y dijo, No traiga nada más hasta que no tenga noticias nuestras, Cree que podré seguir fabricando, preguntó el alfarero, La decisión es suya, yo no me responsabilizo”

Al alfarero sigue fabricando en el mismo horno que construyo su padre, en una industria que fundo su abuelo, sin darse cuenta que el mundo iba cambiando y sin adaptarse al tiempo que le tocaba vivir.

“La vivienda y la alfarería fueron construidas en este amplio terreno, probablemente una antiguo campo, o en un terreno, en cuyo centro el abuelo alfarero de Cipriano Algor, que también usara el mismo nombre, decidió, en un día remoto del que no quedó registro ni memoria, plantar el emprendimiento. El horno, un poco apartado, ya era obra modernizadora del padre de Cipriano Algor, a quien también le fue dado idéntico nombre, y sustituía a otro horno, viejísimo, por no decir arcaico”

“Sobre sus vetustos cimientos se construyó el horno actual, este que coció la carga de la que el Centro sólo quiso recibir la mitad, y que ahora, ya frío, espera que lo carguen de nuevo”

Bueno, imaginarse el desenlace es muy fácil.
El alfarero prácticamente no tiene forma de reaccionar, porque debe dar vuelta toda su concepción de la vida, la relación con el medio y para colmo de males, está enamorado de su propia mercadería.

(Que peor cosa puede haber en la vida que en vez de enamorarse de las personas uno este enamorado de su trabajo o de sus productos?)

Puede el Mentor intervenir para mejorar estas situaciones?

Por supuesto que si.
El criterio del Mentor es ayudar, tanto los del primer grupo que fueron “organizados instrumentalmente” para segur los mandatos familiares y “cuidar” la empresa que heredaron, como en este segundo ejemplo de quien decidió seguir el camino trazado por el padre y el abuelo sin mirar a los costados, a discernirse de la empresa.

La empresa como entidad separada de la persona.
Tomar conciencia de la diferencia entre la empresa y la persona, ayudará en una segunda fase a discernir “negocios” de verdadera vocación.

Discernirse de la empresa lleva a no pensar con el corazón sino con el bolsillo en los “negocios“ diarios y tomar distancia, para poder colocar a la empresa en los paradigmas de nuestro tiempo.
Sin destruir la trayectoria del fundador, no seguir con los paradigmas, de por lo menos 30 años atrás, quedando preso de ideas y conceptos que en otro momento seguramente serian validos, pero que hoy no lo serian, o por lo menos se podrían mejorar o aggiornar.

Una vez que toma distancia de la empresa, comprender quien es uno y cuales son las “verdaderas” inclinaciones y vocación, para armar un proyecto propio, nuevo, para poder vivir en paz consigo mismo el resto de la vida que le toque vivir.

Esto es solo el comienzo, pero tal como dice Saramago en otro párrafo de su libro”el principio es un proceso lentísimo, demorado, que exige tiempo y paciencia para percibir en qué dirección quiere ir, que tantea el camino como un ciego, el principio es sólo el principio”

Es difícil, para quien ya caminó por la huella de otro, (a pesar de transitar pozos y baches, que, no por conocidos pueden ser complicados de atravesar) apartarse de ella y encontrar su propio camino.
Pero encontrar ese camino propio es encontrar el camino de la Dignidad. Vale la pena el esfuerzo!

El Mentor será su compañía y su guía


Ernesto Beibe
Mentor
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Los Empresario Juegan a Las Escondidas

11 julio, 2008

Hay dos cosas inexorables en la vida.

Una de las dos es pagar impuestos, la otra es morirse.
Morir, es lamentablemente, inexorable.

Un empresario que muere súbitamente rondando los sesenta años, deja una viuda con dos hijos, una hija cercana a los treinta años, un hijo de veinticinco.

La familia jamás se acerco a la empresa, tanto su esposa como sus hijos se sentían muy cómodos con el dinero proveniente del "bolsillo" del empresario, y no se cuestionaban cómo y porqué se generaba este dinero, que finalmente no era del muerto, sino de la empresa que tenia el padre.

En el momento que esta familia se acerca a la empresa, comienzan a darse cuenta que no conocen nada de la empresa, pero lo peor, que no conocían nada de las facetas de este hombre.

La viuda y sus hijos están detrás del escritorio revisando los cajones y la caja fuerte y a la vez "enfrentando" una empresa para la cual ellos son un cuerpo extraño.

Ahí comienza una lucha contra el tiempo de no perder patrimonio, hacerse de información, y a la vez poder tomar poder dentro de una empresa.


Hay dos cosas inexorables en la vida. Una de las dos es pagar impuestos, la otra es morirse.
Morir, es lamentablemente, inexorable.


Por lo genera uno no elige ni el momento ni el lugar de la muerte, entonces quedan muchas cosas inconclusas, en algunos casos alguien se hará cargo de completar una parte, el resto de lo programado, quedara detenido en el tiempo y el espacio.

El ejemplo de un empresario que muere súbitamente (en general todas las muertes son súbitas) rondando los sesenta años, deja una viuda con dos hijos, una hija cercana a los treinta años, un hijo de veinticinco.

La familia jamás se acerco a la empresa, parte porque el empresario no promocionó el acercamiento, parte porque tanto su esposa como sus hijos se sentían muy cómodos con el dinero proveniente del “bolsillo” del empresario, y no se cuestionaban cómo y porqué se generaba este dinero, que finalmente no era del occiso, sino de la empresa que tenia el pater familiae.

De esta realidad, de que el dinero provenía de la empresa, se enteraron cuando el “intermediario” no estuvo más.

En el momento que esta familia se acerca a la empresa, comienzan a darse cuenta que no conocen nada de la empresa, pero lo peor, que no conocían nada de las facetas de este hombre, que, por supuesto tenia vida fuera de las paredes de su casa.

Y aquí no estamos hablando de que si tenia o no una vida paralela, simplemente decimos que este hombre tenia una vida, de la cual su familia no tenia ni noticias, porque no transmitía o porque no le preguntaban o no se interesarían.

Entonces, llegamos al momento de que la viuda y sus hijos están detrás del escritorio revisando los cajones y la caja fuerte y a la vez “enfrentando” una empresa para la cual ellos son un cuerpo extraño.

Ahí comienza una lucha contra el tiempo de hacerse de información, y a la vez poder tomar poder dentro de una empresa que esta organizada para escuchar una sola voz, donde además muy pocos saben todo lo que sucede con las cuentas del empresario.

Buscar información, tomar el poder, organizarse para manejar una empresa, buscar donde están los “dinerillos”, resolver el caos que se suscita con un cambio de conducción, lleva tiempo, energías y en este barril sin fondos se pierde gran parte de lo que con sudor y lagrimas le toco al fundador de la
empresa juntar “pensando en el futuro de la familia”

Que contradicción, alguien que tal vez “trabajaba tanto” para dejar un patrimonio a su familia, que por desidia o por no compartir deja escurrirse entre los dedos tanto tiempo y esfuerzo, que mejor hubiera utilizado para crear un sucesor y dejar las cosas que crecieran en un terreno al cual a él le
costo arar, abonar y sembrar.

Que contradicción que la esposa tenga que enterarse de los manejos financieros de su esposo, donde se entiende tener intimidad corporal como una cosa lógica, renunciando a la “intimidad de conocer el patrimonio”

Que contradicción la de hijos que pueden tener su auto ultimo modelo, viajes, departamentos, pensando que la empresa del padre es “un cuerno de la abundancia que nunca se terminara”, sin conciencia que esto es producido por el manejo de la empresa.

Imaginemos la escena de una viuda acostumbrada a ocuparse de sus nietos y obligaciones sociales, una hija ama de casa, y un hijo aun estudiante de abogacía, frente a decisiones inminentes, a tomar día a día en la empresa.

Quien se hace cargo de la empresa?
Quien esta en condiciones de rehacer la historia patrimonial, para que aparte de perder un miembro de la familia, también pierdan el patrimonio, y aun la empresa.

Todo esto se paga con stress, amargura y perdida de capital si no se toma en cuenta que estas situaciones de darán, máxime cuando el empresario cree que es inmortal, o decide “hacer la suya“sin que nadie se entromezca en su vida.

Como decíamos antes, si no se “entrometen” en su vida, inexorablemente se entrometerán en su muerte.

Y sin ir a una situación de corte tremendista, hoy se repiten hasta el hartazgo las situaciones de separaciones y divorcios, dónde, para no dejarse “robar” esconde el movimiento patrimonial, y lo hará una y otra vez en función de las veces que cambie de pareja, pero convengamos que son situaciones injustas cara a sus hijos, a quienes despoja de sus herencias bien habidas pero mal perdidas.

Como el dinero tiene un valor simbólico, todas estas situaciones se prevén con profesionales que puedan comprender y ayudar a comprender, que es lo que se mueve detrás de estas exclusiones, activas o pasivas, que hay detrás de cada ocultamiento.

Porque cada dinero o patrimonio escamoteado, termina siendo motivo de culpas en vida y seguramente malestares físicos, aunque estén teñidos de “tengo razón en hacerlo”, y un sembrado de bombas que explotaran cuando no haya nadie que pueda pararlo.

Queda claro que esta es una problemática de “toda” la familia y este es el trabajo del Mentor.

Estas “legalizaciones y blanqueos“ internos, anteceden a cualquier documento escrito que legitime situaciones, y que hasta resulta Innecesario a la hora de la verdad.

El sol blanquea la ropa y cicatriza las heridas.
Esta es una invitación a exponer al sol lo escondido.
Piedra libre para aquellos que se animen


Ernesto Beibe
Mentor
www.mentoringempresario.com.

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Herederos hay muchos, sucesor hay uno solo.

Hay planteos dentro de las Empresas Familiares que son más comunes de lo que uno cree, y que aparentan no tener soluciones fáciles, al estar tan mezclados los sentimientos personales y familiares, con las situaciones reales y del diario manejo y futuro de la empresa.

Donde muchas veces hay hijos que no participan de la actividad diaria, pero cobran “sueldos de hijos”, más por una errónea decisión de los padres, que por un pedido de los propios hijos.

Herederos hay muchos, sucesor hay uno solo.

Hay planteos dentro de las Empresas Familiares que son más comunes de lo que uno cree, y que aparentan no tener soluciones fáciles, al estar tan mezclados los sentimientos personales y familiares, con las situaciones reales y del diario manejo y futuro de la empresa.

Donde muchas veces hay hijos que no participan de la actividad diaria, pero cobran “sueldos de hijos”, más por una errónea decisión de los padres, que por un pedido de los propios hijos.

Se confunde equiparamiento, justicia, igualdad de herederos que concurren a una sucesión ( desde el punto de vista legal) a la idea del sucesor de la empresa, rol negociado entre el fundador, y, justamente a quien le va a tocar seguir con ella.

El mundo no es igual para todos, esto es una enorme verdad de todos los tiempos, y no es lo mismo lo que debe cobrar un hijo que trabaja en la empresa en contraposición de aquellos que usufructúan dineros salidos de la empresa, pero sin contraprestación de tareas para la empresa.

Esta inequidad lleva a que una vez que desaparece el fundador, todos se sientan con el mismo derecho de intervenir en la empresa, especialmente en sus decisiones y obtención de ganancias, dificultando la acción del que realmente ha quedado a cargo.

Veamos un ejemplo de una empresa tipo, de las que como Mentor trata a diario, en su problemática y su resolución.

Por una cuestión legal, bienes gananciales, el Fundador comparte con su esposa el 50% de las acciones de la empresa.

El fundador esta en la gerencia activa, su esposa no pisa la empresa. Tienen tres hijos, un hijo varón, el menor, que se formo junto al padre y trabaja con el, en un rol prácticamente de igualdad frente a las decisiones y manejo de la empresa.

Sus dos hermanas mayores, profesionales, casadas, reciben ambas “sueldos de hijas” (especialmente cuando hay nietos del fundador de por medio), tampoco conocen ni les interesa el manejo de la empresa.

Frente a la desaparición del padre, podrían darse las siguientes circunstancias:

La madre tiene el 50º% de las acciones y se quiere integrar a la empresa, casi a la fuerza, porque ansió este lugar toda la vida sin poder lograrlo.

Las hijas tienen una cuota parte del otro 50%, pero se creen con derecho a opinar porque se “confunden y creen tener el 33% de la empresa cada una, con la consiguiente “democracia” de tomar decisiones conjuntas con quien dirige realmente la empresa.

El hijo que dirigía hasta este momento ve cuestionada su autoridad en forma permanente, y comienzan a aflorar entre todos los sistemas de competencias, celos y envidias de los años de la niñez en familia.

Todo en el terreno de la especulación, intentaran integrar a sus maridos, o querer retirarse y vender su parte, o querer vender la propiedad donde funciona la empresa, se aliaran entre si, o con la madre, o se plantearan otros escenarios de conflictos que seria enormemente largo y engorroso tratar de
enumerarlos aquí.

Por otro lado, el hijo menor, ingeniero, es el único que conoce el negocio como para darle continuidad no solo por estar hace más de quince años en ella sino también por su capacidad.

Ni sus hermanas, ni su madre, ni sus cuñados son de extracción ni técnica ni administrativa que puedan aportar nada a la empresa.

Por supuesto que hay mecanismos legales para poder sortear estas crisis familiares dejando indemne a la empresa, (fideicomisos, protocolos familiares) pero estos temas son del terreno de los abogados, y no de la competencia del Mentoring Empresario.

El Mentor debe anticipar estas situaciones y ayudar a comprender y prever el inexorable paso de esta familia por esta crisis vital frente un fallecimiento de quien detenta la doble función de padre y a la vez fundador de la empresa.

Preparar a un sucesor no es cuestión de meses, sino de años.

No solo el padre debe querer que, lo sucedan, sino que también el hijo debe aceptar sucederlo.

Durante los años de “crianza” de un sucesor, el rol del fundador de la empresa no es solo el transmitirle la forma de hacer negocios o delegarle partes de autoridad, poder y liderazgo, sino también deberá transmitir su escala de valores y creencias, y el rol del sucesor es aggiornar la empresa, instalarla en los paradigmas de las nuevas generaciones.

Desde el punto de vista de la delegación de mando, aunque el fundador crea que no se va a morir nunca, debe, no solo efectivizarla, sino que le debe dar al resto de la familia claras señales de lo que decidió en vida y con la facultad que tiene de decidir quien y como lo van a suceder.

En esto no tiene que haber ambivalencias ni dudas, porque este es el lugar que puede llevar a la empresa a la desintegración si no se cuida este detalle.

No dejar marcado claramente a su sucesor, en todos los casos es dejar una bomba de tiempo, que desde el Mentoring Empresario desaconsejamos, porque es el caldo de cultivo de “apoderamientos” como los que nombre anteriormente.

Según la forma societaria que tome la empresa, los herederos podrán ser accionistas, pero nunca gerentes operativos como el sucesor.

Es importante remarcar que herederos hay muchos, pero sucesor hay uno solo.

Si efectivamente alguien quisiera vender su parte, como y cuando debe estar claramente explicitado dentro del contrato social de la empresa, así no se generan sorpresas y cada cual sabrá a que atenerse en tiempo y forma.

Esto es extensivo a la venta de la cuota parte de los inmuebles.

No existe de ninguna manera la posibilidad de tener “sucesores compartidos” porque a la hora de las decisiones, siempre hay UNO que debe tener la última palabra.

Si no la empresa entra en un sistema de confusión y de dudas, y las dudas son lo que más caro se paga, mucho más caro que cualquier equivocación
.
Por eso, frente a la opción de que la madre tome el mando y haga “hablar a su finado esposo”: Papá hubiera querido tal o cual cosa, o que las dos hermanas de la empresa en cuestión quisieran ponerse ellas o a sus virreyes a tomar el mando, inexorablemente habrá un conflicto serio familiar y el peligro de la disolución de la empresa, y con ello la pérdida segura de años de trabajo e
inversiones.

Queda claro que la absoluta responsabilidad de que esto suceda o no, está en manos del fundador, primero entendiendo que su vida es finita, y segundo que las cosas que no se aclaran lleva a crisis difíciles de remontar.

El trabajo del Mentoring Empresario, es hacerle comprender a el y a su familia, que debe haber una diferencia en sueldo y status de quien trabaja dentro de la empresa, y de quien no, clarificar los roles, y dejar asentada la voluntad de quien y cómo seguir adelante con la empresa el día que el falte o simplemente, se discapacite, o mejor aun, que decida dejar de trabajar y pueda ocuparse de un nuevo proyecto vital que seguramente le agregara años de lucidez y de vida.

Ernesto Beibe
Mentor

www.mentoringempresario.com.

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La Empresa Bipolar

La bipolaridad es un desorden caracterizado por cambios extremos de ánimo, energía y habilidad para funcionar. Los cambios de ánimo ocasionados por la bipolaridad son diferentes de los decaimientos normales.Hoy si, mañana no.

La empresa bipolar

Los bipolares son muchos más de lo que creemos.

A cada paso, en mi profesión de Mentor, encuentro mas empresarios bipolares que los que la estadística da cuenta.

La bipolaridad es un desorden caracterizado por cambios extremos de ánimo, energía y habilidad para funcionar. Los cambios de ánimo ocasionados por la bipolaridad son diferentes de los decaimientos normales.

Los llamamos estados de manía y de depresión Y como las empresas son la proyección de la mente y conductas de sus fundadores, consecuentemente, sus empresas o profesiones también serán bipolares.

A muchos ya no se los ve, porque se los trago la nada, disfrazada de crisis del país, problemas de poca venta, culpa de los proveedores, de los clientes, en fin….

La realidad es que el bipolar comienza una empresa con mucho entusiasmo, pero, tienen una conducta de ir cansándose progresivamente. Esto no se debe tanto a la fatiga, propia de un esfuerzo, como al aburrimiento que le provoca la rutina.

De modo que, cada tanto deben detener su actividad y hacer otra cosa para tratar de alejar esta sensación, por que, cuando lo invade, siente que es un escenario que lo aplasta y del cual no puede escapar.

No se trata, por ejemplo, de escasez de disciplina sino una necesidad de estimulación renovada y siempre creciente que, en caso de faltar, lo hunde en el tedio y el desinterés.

Pero no en la depresión, simplemente porque cuando aparecen estos síntomas, es porque la depresión ya está operando en su ser.

Los dos extremos de la enfermedad son la manía (cuando la energía llega a su máximo punto para convertirse en euforia o irritabilidad) y la depresión (cuando aparece el letargo y el estado de ánimo es gris).

El bipolar cambia rápidamente de postura frente a sus proyectos, le cuesta mantener relaciones profundas con ellos y durante mucho tiempo.

Es muy usual encontrar, en las historias de estas personas, numerosas experiencias de cambio laboral y vocacional.

Esto se debe, en parte, a la búsqueda de la diversidad de experiencias como un alimento importante para el alma, y a la tendencia a construir vínculos disfuncionales, enredados, tormentosos y atribulados, tanto con sus empleados como con tareas y emprendimientos.

Las personas bipolares son divertidas cuando están en un momento de manía, pero pueden deprimirse notablemente, y a esto lo llamaran tristeza.

Se da como una regla muy generalizada de que son brillantes en sus ideas, pueden crear negocios de la nada, con soluciones muy fáciles de resolver, suelen ganar mucho dinero de manera fácil en el momento de la manía, pero así comienzan a gastarlo y se endeudan cuando entran en momentos de depresión.

Un bipolar puede armar, no solo un sinfín de negocios, sino varios negocios al mismo tiempo, y como a nuestra sociedad le viene bien la manía, la acepta, le permite y alienta a expresarse, lo creen un hombre de éxito (lo que es así por un periodo), pero cuando inevitablemente llega el deterioro, todos se convierten en acreedores, porque lógicamente se sienten estafados, mas que por el dinero, en lo que apostaron por la “felicidad de alguien”.

Ocurre, que al inicio las nuevas propuestas tengan una fuerte intensidad que decae a poco de andar, como si en el transcurso del tiempo decayera la motivación.

La creación y el desarrollo de sus empresas les provoca mucha efervescencia, puede llegar a ser explosivo y sin transiciones. A pesar de la intensidad no por eso, sin embargo, deja de involucrarse y pierde total interés por la permanencia de la misma.

Las personas bipolares poseen una gran propensión a destruir, con sus comportamientos, todo lo que construyen, sean vínculos afectivos, o bien desarrollos profesionales o laborales.

Pero esto no los convierte en delincuentes , sino en personas enfermas, con el agravante de que ni ellos tienen noción de enfermedad, ni los que lo rodean, porque es una enfermedad sigilosa que ataca silenciosamente,hasta que llega inevitablemente el caos de cada final.

Digo cada final, porque a fuerza de un dolor psíquico interno, el bipolar recomenzara una y otra vez su camino de creación-destrucción, y es interesante como cada vez consigue asociar nueva gente a esta lucha sin fin.

Sin embargo, es frecuente encontrar, en sus relatos, un reconocimiento de que sus actitudes y obras fueron las causantes de sus pérdidas, tanto materiales como anímicas.

Que, muchas veces, podía visualizar con anticipación el resultado final desastroso de sus actos, pero que, aun así, no podían detener la compulsión a la repetición que los guiaba.

Los bipolares cargan un sentimiento autodestructivo que, seguramente, está enlazado con la herida en la autoestima y la valoración personal que es como si sus conductas expresaran: "Nada puedo tener, porque de nada soy merecedor".

Esto conlleva mucho sufrimiento y penurias, soledad, dificultades materiales y de inserción social, que perjudican a sus empresas, a su familia y a la propia vida, porque más de uno se encuentra alguna vez con la idea del suicidio, o generan en sus cuerpos enfermedades graves con vivencias dolorosas e irreparables.

Otra faceta interesante de las personalidades bipolares es la sensación de ser incomprendidos, el estar convencidos de que nadie puede saber de sus males y, por lo tanto, que no hay quien pueda ayudarlo, y eso es verdad, y es por eso que es imprescindible un profesional que los asista, los comprenda y los acompañe.

La razón de la creencia de que no existe persona que pueda entender los motivos del "desastre de sus vidas" se debe, en parte, al hecho de que son ellos los primeros que ignoran las causas.

Esta vivencia de no tener interlocutores, en oportunidades, los conduce a excluirse y en la toma de esta actitud de aislamiento no están gobernados por sentimientos de orgullo o superioridad, sino arrastrados por una sensación de desarraigo y desconexión.

La sensación de no pertenecer se ha convertido, para el bipolar, en un círculo vicioso.

Hay otro aspecto de este problema que se debe considerar con cuidado. Se trata de que el bipolar vive la realidad que piensa como verdadera. Ahora bien, los sueños de los bipolares no son ficciones para ellos, y las imágenes mentales que los forman tienen existencia concreta pero muy difíciles de poner en palabras.

Para poner en cauce sus empresas buscan todo tipo de asesores empresarios, que no hacen más que acompañarlos con soluciones “técnicas” en la manía y abandonarlos en la depresión.

Solo aquellos profesionales que pueden ayudar a bucear en su inconciente, acompañar sin criticar, entender que el problema no comienza en la empresa sino en la cabeza del empresario, darle tiempo, ayudarle a remendar y reformular situaciones de deterioro en sus relaciones con la gente, con los negocios, con el mundo, esos son los que van a poder ayudarle realmente a traerlos a la realidad.

Este rol es el del Mentor Empresario.

Revise sus propios actos, mire a su alrededor, seguramente encontrara colegas, familiares, amigos empresarios que están sufriendo, y si usted comprendió mis palabras, sabrá como poderlos encaminar.



Ernesto Beibe
Mentor
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