Los Empresario Juegan a Las Escondidas

11 julio, 2008

Hay dos cosas inexorables en la vida.

Una de las dos es pagar impuestos, la otra es morirse.
Morir, es lamentablemente, inexorable.

Un empresario que muere súbitamente rondando los sesenta años, deja una viuda con dos hijos, una hija cercana a los treinta años, un hijo de veinticinco.

La familia jamás se acerco a la empresa, tanto su esposa como sus hijos se sentían muy cómodos con el dinero proveniente del "bolsillo" del empresario, y no se cuestionaban cómo y porqué se generaba este dinero, que finalmente no era del muerto, sino de la empresa que tenia el padre.

En el momento que esta familia se acerca a la empresa, comienzan a darse cuenta que no conocen nada de la empresa, pero lo peor, que no conocían nada de las facetas de este hombre.

La viuda y sus hijos están detrás del escritorio revisando los cajones y la caja fuerte y a la vez "enfrentando" una empresa para la cual ellos son un cuerpo extraño.

Ahí comienza una lucha contra el tiempo de no perder patrimonio, hacerse de información, y a la vez poder tomar poder dentro de una empresa.


Hay dos cosas inexorables en la vida. Una de las dos es pagar impuestos, la otra es morirse.
Morir, es lamentablemente, inexorable.


Por lo genera uno no elige ni el momento ni el lugar de la muerte, entonces quedan muchas cosas inconclusas, en algunos casos alguien se hará cargo de completar una parte, el resto de lo programado, quedara detenido en el tiempo y el espacio.

El ejemplo de un empresario que muere súbitamente (en general todas las muertes son súbitas) rondando los sesenta años, deja una viuda con dos hijos, una hija cercana a los treinta años, un hijo de veinticinco.

La familia jamás se acerco a la empresa, parte porque el empresario no promocionó el acercamiento, parte porque tanto su esposa como sus hijos se sentían muy cómodos con el dinero proveniente del “bolsillo” del empresario, y no se cuestionaban cómo y porqué se generaba este dinero, que finalmente no era del occiso, sino de la empresa que tenia el pater familiae.

De esta realidad, de que el dinero provenía de la empresa, se enteraron cuando el “intermediario” no estuvo más.

En el momento que esta familia se acerca a la empresa, comienzan a darse cuenta que no conocen nada de la empresa, pero lo peor, que no conocían nada de las facetas de este hombre, que, por supuesto tenia vida fuera de las paredes de su casa.

Y aquí no estamos hablando de que si tenia o no una vida paralela, simplemente decimos que este hombre tenia una vida, de la cual su familia no tenia ni noticias, porque no transmitía o porque no le preguntaban o no se interesarían.

Entonces, llegamos al momento de que la viuda y sus hijos están detrás del escritorio revisando los cajones y la caja fuerte y a la vez “enfrentando” una empresa para la cual ellos son un cuerpo extraño.

Ahí comienza una lucha contra el tiempo de hacerse de información, y a la vez poder tomar poder dentro de una empresa que esta organizada para escuchar una sola voz, donde además muy pocos saben todo lo que sucede con las cuentas del empresario.

Buscar información, tomar el poder, organizarse para manejar una empresa, buscar donde están los “dinerillos”, resolver el caos que se suscita con un cambio de conducción, lleva tiempo, energías y en este barril sin fondos se pierde gran parte de lo que con sudor y lagrimas le toco al fundador de la
empresa juntar “pensando en el futuro de la familia”

Que contradicción, alguien que tal vez “trabajaba tanto” para dejar un patrimonio a su familia, que por desidia o por no compartir deja escurrirse entre los dedos tanto tiempo y esfuerzo, que mejor hubiera utilizado para crear un sucesor y dejar las cosas que crecieran en un terreno al cual a él le
costo arar, abonar y sembrar.

Que contradicción que la esposa tenga que enterarse de los manejos financieros de su esposo, donde se entiende tener intimidad corporal como una cosa lógica, renunciando a la “intimidad de conocer el patrimonio”

Que contradicción la de hijos que pueden tener su auto ultimo modelo, viajes, departamentos, pensando que la empresa del padre es “un cuerno de la abundancia que nunca se terminara”, sin conciencia que esto es producido por el manejo de la empresa.

Imaginemos la escena de una viuda acostumbrada a ocuparse de sus nietos y obligaciones sociales, una hija ama de casa, y un hijo aun estudiante de abogacía, frente a decisiones inminentes, a tomar día a día en la empresa.

Quien se hace cargo de la empresa?
Quien esta en condiciones de rehacer la historia patrimonial, para que aparte de perder un miembro de la familia, también pierdan el patrimonio, y aun la empresa.

Todo esto se paga con stress, amargura y perdida de capital si no se toma en cuenta que estas situaciones de darán, máxime cuando el empresario cree que es inmortal, o decide “hacer la suya“sin que nadie se entromezca en su vida.

Como decíamos antes, si no se “entrometen” en su vida, inexorablemente se entrometerán en su muerte.

Y sin ir a una situación de corte tremendista, hoy se repiten hasta el hartazgo las situaciones de separaciones y divorcios, dónde, para no dejarse “robar” esconde el movimiento patrimonial, y lo hará una y otra vez en función de las veces que cambie de pareja, pero convengamos que son situaciones injustas cara a sus hijos, a quienes despoja de sus herencias bien habidas pero mal perdidas.

Como el dinero tiene un valor simbólico, todas estas situaciones se prevén con profesionales que puedan comprender y ayudar a comprender, que es lo que se mueve detrás de estas exclusiones, activas o pasivas, que hay detrás de cada ocultamiento.

Porque cada dinero o patrimonio escamoteado, termina siendo motivo de culpas en vida y seguramente malestares físicos, aunque estén teñidos de “tengo razón en hacerlo”, y un sembrado de bombas que explotaran cuando no haya nadie que pueda pararlo.

Queda claro que esta es una problemática de “toda” la familia y este es el trabajo del Mentor.

Estas “legalizaciones y blanqueos“ internos, anteceden a cualquier documento escrito que legitime situaciones, y que hasta resulta Innecesario a la hora de la verdad.

El sol blanquea la ropa y cicatriza las heridas.
Esta es una invitación a exponer al sol lo escondido.
Piedra libre para aquellos que se animen


Ernesto Beibe
Mentor
www.mentoringempresario.com.

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